sábado, 10 de mayo de 2014

LA FRAGATA MERCEDES

La fragata Mercedes se hizo famosa hace unos años a raíz del conflicto del Gobierno español y la compañía Odyssey, que se dedicaba y se dedica a extraer tesoros hundidos de los pecios, estén estos donde estén y pertenezcan a quien pertenezcan.

Combate del Cabo de Santa María

En este caso los tribunales americanos nos dieron la razón como propietarios del barco hundido, ya que en 1804, ya existía España como estado y el barco era un buque oficial con cargamento oficial.
Aquí os cuento las circunstancias que llevaron a la fragata Mercedes y otras tres, a trabar un combate desigual con 4 fragatas británicas, que atacaron el convoy sin previa declaración de guerra ni nada que se le pareciera.



EL TRATADO "SECRETO"

Como todos sabéis, España estaba en medio de dos grandes potencias, la Francia de Napoleón y la Inglaterra de William Pitt el joven.

En Mayo de 1803 había comenzado la guerra de la 3º coalición contra Napoleón inicialmente con solo los ingleses en contra, pero  desde el asesinato del duque de Enghien y la proclamación de Napoleón como emperador el 18 de mayo de 1804 se fueron sumando a la causa los rusos y los napolitanos. Los austriacos se lo estaban pensando y en Prusia bullían sentimientos anti-franceses.
España, entonces gobernada por el simpático Manuel Godoy había suscrito un acuerdo “secreto”, entre Godoy y Tayllerand, el ministro de exteriores francés, por el cual a cambio de no entrar en guerra por ninguno de los dos bandos, se comprometía a pagar a Francia 24 millones de reales mensuales.
 La cantidad era estratosférica, pero era la última carta de Godoy para no verse envuelto en un conflicto en el que solo teníamos cosas que perder y nada que ganar.

Manuel de Godoy, Príncipe de la Paz
Si entrábamos a favor de Inglaterra nuestras colonias estarían seguras, pero a cambio la madre patria se vería invadida por el mejor y más numeroso ejército existente en el momento.
El ejército de tierra español era de unos 35.000 hombres aproximadamente, y el francés podía ascender a unos 200.000 y de excelente calidad.

En cambio, si entrábamos a favor de Francia, nuestra flota, aun siendo la 3ª en poder todavía en la época, ni estaba preparada ni era capaz de defender los miles y miles de km de costa de nuestras colonias.

Evidentemente a Napoleón le interesaba contar con la flota española, y no con el dinero, que aunque le vendría bien, lo que le faltaba era tiempo para poder construir una armada suficiente que se enfrentara en igualdad con la inglesa.

Gran parte de la flota borbónica francesa había sido destruida en el asedio de Tolón, y luego la campaña desastrosa de Egipto terminó de destruir un gran número de navíos, así que los barcos franceses eran de nueva creación y todavía se estaban armando en su mayoría.

Así que fue Napoleón mismo quien le hizo llegar a William Pitt los términos del acuerdo “secreto” de 19 de octubre de 1803.
Claro, los britiánicos pusieron el grito en el cielo, y empezaron a pedir explicaciones a Godoy. Como éste se hacía el sordo y daba largas, el almirantazgo tomo la decisión de provocar la guerra.

Para Inglaterra era el mejor momento, con los magníficos navíos españoles aún por armar y los marinos por movilizar y las flotas francesas bloqueadas en puerto (Ganteaume en Brest, Missiessy en Rochefort y Villeneuve en Toulon), tenían las manos libres para atacar las colonias españolas, y además presentar a España como aliada del malvado opresor francés.

fragata española de 40 cañones
LA TRAMPA PERFECTA

La operación estaba perfectamente estudiada. Además de dejar a España sin fondos para pagar a Francia ni para armar sus navíos, tenía que presentarse como una acción en la que el almirante español combatiera, y no en que su flota fuera llevada a puerto obligada por una flota abrumadoramente mayor. Así que se designaron 4 fragatas para esperar a las otras tantas fragatas españolas que venían de la Habana. Pero, eso sí, 4 fragatas iguales en número pero definitivamente superiores en preparación y potencia de fuego a las españolas.

Las 4 fragatas españolas volvían de las américas, totalmente desprevenidas de lo que les esperaba. Sobre todo porque no había ningún estado de guerra entre la Gran Bretaña y España, y ni siquiera el Parlameto había amenazado con ello a la corona española. Sin embargo, el escuadrón británico aguardaba al acecho entre el promontorio de Sagres, en el Cabo de San Vicente, y el cabo de Santa María, perfectamente informado de las características de su presa, y del cargamento que transportaba.

El escuadrón español estaba compuesto por las siguientes fragatas:
- Medea, 40 cañones de a 18 libras, botada en el Ferrol en 1797
- Fama, 34 cañones de a 12 libras, botada en Cartagena en 1795
- Nuestra Señora de las Mercedes, 36 cañones de a 12 libras, botada en la Habana en 1786
- Santa Clara, 34 cañones de a 12 libras, botada en La Habana en 1780, y reformada en El Ferrol en 1784

...y el británico:
- Indefatigable, 44 cañones, razeé, ex 64 cañones tuneado, botado en Portsmouth en 1784, remodelado en 1794. 26 cañones de 24 libras, 12 cañones de 12 libras, 6 carronadas de 42 libras
- Lively, 38 cañones, botada en Woolwich, 28 cañones de 18 libras, 4 cañones de 9 libras, 6 carronadas de 32 libras
- Amphion, 32 cañones, botada en 1798 en Mistleythorn, 26 cañones de18 libras, 4 cañones de 6 libras, 10 carronadas de 24 libras
- Medusa, 32 cañones, botada en 1800 en Northfleet, 26 cañones de 18 libras, 4 cañones de 6 libras, 10 carronadas de 24 libras

carronada de 42 libras
En principio parece haber igualdad en armamento y porte, pero esto es engañoso. El Indefatigable era en realidad un razeé, es decir, un antiguo buque de línea de 64 cañones que había sido remodelado quitándole un puente, de manera que había pasado a llevar solo 44 cañones, había sido renombrado como fragata, pero mantenía el calibre de estos (24 libras), y su manga y su espesor de tracas y casco era muy superior a cualquier fragata española. Es decir, no solo pegaba mucho más sino que además encajaba también mucho más que nuestros barcos. Al rebajarle en un puente y su batería de cañones correspondiente, había perdido bastante peso pero manteniendo la superficie vélica en su aparejo, lo cual lo hacía ganar en velocidad.

Además, hay que decir que cuando hablamos del porte de un barco de la época, siempre decimos el nominal de los cañones que portaba o podía portar, es más bien el número de portas que el de cañones. Los ingleses siempre añadían a este porte varias carronadas que no entraban en el nominal, mientras que los españoles y franceses solían añadir algún obús o mortero, que acondicionaban en la toldilla del barco, sin embargo, sin estar en guerra los barcos españoles no tenían artillería adicional, como sí los ingleses.
A esto hay que añadir que en tiempo de paz y en las largas travesías atlánticas era práctica común el llevar parte de las piezas trincadas contra las tracas, es decir, en posición longitudinal con el barco bien amarradas a los costados. Es decir no listas para ser empleadas. Esto era para prevenir que las piezas se soltasen por algún temporal o galerna (un pieza de 12 libras, por ejemplo podía pesar más de 1.500 kilos). Así que probablemente no toda la artillería nominal estaba preparada para un combate inmediato.

voladura de la fragata Mercedes

LA BATALLA

 La batalla en sí fue dura y corta, el comodoro británico, Graham Moore, conminó a la rendición al Brigadier Bustamante, que estaba al mando de la flotilla española, y a que permitiera que sus barcos (cargados con 4 millones de pesos en caudales) fueran acompañados a un puerto inglés y sus tripulaciones desarmadas e internadas. A lo cual, don José de Bustamante no pudo sino negarse y disponerse a entablar combate.

Así que las fragatas formaron en línea de combate y quedaron emparejadas con sus 4 oponentes inglesas a distancia de tiro de pistola, con la mala fortuna de que a los 10 minutos de comenzado el cañoneo, la fragata Mercedes sufrió un impacto de mala suerte en su santabárbara, que la hizo volar por los aires, muriendo 200 hombres de los 240 de su dotación.

Al faltar una fragata en la línea todo se aceleró, la Amphion quedó libre y se incorporó al ataque de la Medea, que tuvo que rendirse al pelear contra dos oponentes superiores ambos. Las otras dos fragatas españolas intentaron abrirse camino hacia Cádiz, pero resultaron capturadas ambas.

En los barcos españoles no solo había marinos, sino también civiles que retornaban a España desde las Américas, por ejemplo, es famoso el caso del general Diego de Alvear, que perdió a su mujer y a 7 de sus 8 hijos con el hundimiento de la Mercedes.

Las tres fragatas restantes fueron capturadas y llevadas a Gibraltar primero y después a Inglaterra, junto con un cargamento aproximado de 3 millones de pesos, el resto se hundió con la Mercedes. Además las fragatas, una vez reparadas, entraron a formar parte de la Royal Navy.

CONCLUSIÓN

Es curioso que aunque indignado por el ataque, al gobierno español de Godoy le costó aún dos meses tomar la decisón de declarar la guerra a Inglaterra. Dos meses y varios ataques más, como por ejemplo el de la fragata Venus a un bergantín español en la rada de Funchal, en Madeira, del cual el bergantín escapó a duras penas, o el apresamiento el 7 de Diciembre de 1804 de la fragata Anfítrite por el navío de 74 cañones Donegal.

Por fin el 12 de Diciembre el gobierno español tomó la decisión de declarar la guerra a Inglaterra y aliarnos con Francia, lo cual no fue sino otra catástrofe que terminó en Trafalgar.... pero eso es otra historia

2 comentarios:

  1. Lo paso muy bien leyendo tus Historias. Soy seguidor incondicional desde ya. Por cierto que este y otros combates parecidos los podriamos recrear jugándolos.

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    1. me alegro de que te gusten Emilio, iré poniendo más historias interesantes poco a poco...alguna más de barcos tengo por ahí guardada

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