sábado, 22 de marzo de 2014

EL TELEGRAMA DE EMS

Esta es la historia de un curioso incidente que precipitó la guerra entre Francia y Prusia en 1870, y en el que España tuvo bastante que ver pese a la lejanía de intereses. Solemos ignorar nuestra influencia en Europa a lo largo del s.XIX, para mal o para bien, y a pesar del caos que representó esa centuria en nuestro país.

ANTECEDENTES
 
La que se conoce como guerra francoprusiana es la que se desarrolló entre 1870-1871, entre la Alemania dirigida por Prusia como potencia dominante (más Baviera, Würtemburg, Hesse y Baden), con el Canciller Otto von Bismarck a la cabeza, y la Francia de Napoleón III.


Napoleón III
Realmente es la primera guerra por el constituirse en potencia dominante en el continente entre Francia y Alemania. Prusia llevaba varios años intentando conseguir la unificación de Alemania y había hecho considerables progresos en ese sentido incorporándose Schleswig en la guerra danesa de 1864 derrotando a Austria en la guerra austro-prusiana de 1866, lo que supuso la eclipsación de los Habsburgo como potencia. Con el subsiguiente tratado de Praga Prusia se anexionó Hannover, los ducados del Elba y estableció la Confederación Alemana del Norte, junto con el resto de estados alemanes al norte del Main.

Por su parte, Francia había reestablecido su preponderancia en Europa, aliándose con Gran Bretaña, su enemigo secular y había vencido en las guerras de Crimea y franco-austríaca, durante el mandato de Luis Napoleón.

 

La verdad es que la atmósfera política de 1869 entre estas dos potencias era de sospecha y enemistad, ya que las dos intentaban hacerse poco a poco con el dominio político y económico del resto de países continentales (por supuesto, siempre con Gran Bretaña de fondo como enorme potencia colonial). 

Canciller Otto Von Bismarck

LA SUCESIÓN ESPAÑOLA


En Septiembre de 1868 se produjo en España un golpe militar que depuso a la reina Isabel II, dejando un vacio de poder al no existir un candidato claro al trono, así que las Cortes españolas se dedicaron a buscar un candidato extranjero, y decidieron ofrecerle el trono al hijo del príncipe Carlos Antonio de Hohenzollern-Sigmaringen, primo del rey de Prusia y miembro de la rama católica de la casa alemana. 


El gobierno francés exigió que se retirara este ofrecimiento, dándole a Bismarck un motivo para oponerse a Francia y esperar que ésta le declarara la guerra, así que persuadió a la casa real Prusiana para que aceptase el ofrecimiento.

La asamblea francesa pidió furiosamente que se actuara y su primer ministro, Emile Olivier escribió un mensaje al rey Guillermo, solicitándole que retirara la candidatura y pidiese disculpas a Francia.

Kaiser Guillermo I de Prusia
El rey de Prusia recibió el mensaje en el balneario de Ems, donde estaba tomando las aguas, como era costumbre de la aristocracia en la época, y este fue entregado por el embajador francés, el conde Vincent Benedetti, que de manera muy cortés limó las asperezas del asunto.

Guillermo no quería provocar una guerra, asi que pensó en retirar la candidatura y informó de esto por telegrama a Bismarck en Berlin.

 LA MANIPULACIÓN DEL CANCILLER


Bismarck recibió el telegrama cuando estaba cenando con Moltke y Roon, mariscal del ejército prusiano y ministro de la guerra, respectivamente; los tres partidarios del conflicto con Francia.

Se sintió desilusionado porque pensó que su estratagema había fallado, pero publicó el telegrama, conocido como el "telegrama de Ems", alterando los hechos de manera que pareciera que el rey había despedido con cajas destempladas al embajador francés, y este telegrama así manipulado fué publicado en París, justo el día de la fiesta nacional, la toma de la Bastilla, de manera que el efecto fué fulminante, la prensa pidió que se vengase este insulto y la opinión pública se puso decididamente a favor de la guerra.

Así que el gabinete de gobierno hizo una declaración de guerra, incluso en contra de la opinión de Napoleón III, y el 19 de Julio se envió a Berlín la declaración oficial de guerra.

La verdad es que ambas potencias estaban deseando enfrentarse, porque cada una de ellas creía firmemente que iba a ganar fácilmente esa guerra, haciéndose así con la hegemonía de Europa.

Lo que sucedió finalmente es que los ejércitos prusianos estaban mejor preparados después de varias campañas menores, y salieron triunfantes, llegando finalmente a ocupar París en Febrero de 1871.

Amadeo de Saboya

CONSECUENCIAS

La consecuencia inmediata de todo esto fue la proclamación de Guillermo I como emperador de Alemania, finalizando su proceso de unificación. Alemania emergió como la potencia continental dominante en Europa, y se abrió el escenario político para lo que en el s.XX terminaría con dos guerras mundiales terriblemente sangrientas.

En cuanto a la corona española, al quedar imposibilitada la candidatura propuesta, se olvidó del tema y el general Prim se la terminó ofreciendo a Amadeo de Saboya, duque de Aosta, que como todos sabemos duró poco porque sus apoyos en España fueron desmantelados en cuanto Prim fue asesinado en la calle del Turco, por medio de una conjura casi todavía por esclarecer.

Pero eso es otra historia y merece ser narrado mucho más detenidamente...